Si bien desde hace décadas las mujeres fuimos logrando cambios que nos posicionan positivamente en relación con nuestras pares de generaciones anteriores, relacionados con los roles que ocupamos en lo público y lo privado, definidos históricamente desde las desigualdades de género, hay todavía cambios sustanciales que necesitamos seguir trabajando.

La intención que nos anima es crear espacios donde poder compartir experiencias, reflexionar y construir colectivamente aprendizajes significativos que nos faciliten tomar conciencia de nuestra situación actual y nos permitan imaginar relaciones y prácticas transformadoras que surjan desde nosotras y puedan expandirse…

Integrantes de Equipo MuMi

Clr. Mariana L. Rezk, Clr. Susana Cypin, Clr. Paola Gentile, Clr. Cristina Zóccola

26/12/13

¿De qué hablamos cuando hablamos de “Amor”?



Clr María Silvina Munné

Habitualmente cuando hablamos del “Amor” nos referimos al amor de pareja…
Y cuando no tenemos un amor, o cuando nuestro amor no es correspondido, o cuando estamos atravesando dificultades, rupturas u otras formas de desamor, estamos “mal de amores”.
El mito de amor romántico, el amor-pasión siguen sustentando todavía los modelos de pareja y el vínculo conyugal la estructura familiar.
La literatura, el cine, las telenovelas nos han contado historias de amor a primera vista, eterno, único, permanente, que todo lo puede; de pasión ardiente, dolorosa, trágica, amores  verdaderos, simbióticos, fusionados, posesivos, incluso violentos (¿morir de amor?…por amor?).
A pesar del avance de las mujeres en su autonomía, libertad, conocimientos intelectuales, logros en espacios públicos, muchas todavía dan sentido a su existencia dándole a este amor el centro, el eje, al cual le dedican mucho tiempo y espacio imaginario y real...más que muchos hombres.
Un libro reciente de la escritora española Rosa Montero, “La ridícula idea de no volver a verte”, contiene datos biográficos y autobiográficos de Manya Sklodowska, o como podemos conocerla “Madame Curie”, por haberse casado con Pierre Curie. Fue la primera mujer en recibir un premio Nobel y la única en recibir dos, la primera en licenciarse en Ciencias en la Soborna y la primera en doctorarse en Ciencias en Francia, en tener una cátedra y la primera en tantas cosas, hasta la primera y única cuyos restos descansan en el Panteón de “Hombres Ilustres”. Sin embargo podemos leer en sus palabras, diarios y cartas acerca de sus amores trágicos, la muerte de su esposo cuando sus niñas eran pequeñas y posteriormente una pasión clandestina, escandalosa con otro científico Paul Langevin, que según cuenta su hija la llevó al borde del suicidio.
Aunque hubiera condiciones de equidad entre las personas que tienen un vínculo amoroso, las relaciones  y experiencias no son mágicamente felices, sino más bien conflictivas porque implican expectativas, intercambio, interdependencia, cercanía e intimidad que siempre conllevan un riesgo.
Muchas mujeres creen que algo anda mal si la pasión y el deseo se acaban, si la convivencia transforma la relación, pero en realidad  la vida en común se presenta complicada e implica una negociación constante.  En este sentido la película estrenada este año “Antes del anochecer” de Richard Linklate, muestra a sus protagonistas Jesse (Ethan Hawke) y Celine (Julie Delpy) que comenzaron como dos jovencitos en  Antes del amanecer (1995), se reencontraron en Antes del atardecer (2004), lejos de ser una  pareja idílica, con diálogos íntimos y dolorosos, encuentros y desencuentros, verdades, reproches, suspicacias, conflictos, replanteos. 
La realidad nos muestra que cada vez más mujeres se rebelan o se oponen a modelos de amor “tradicionales”. Muchas aman a mujeres, otras han superado la ilusión de esperar al hombre o la mujer de sus sueños, o han sido transformadas por varios amores en su biografía amorosa, pueden implican relaciones conyugales, encuentros breves, convivencia o también  matrimonio. Y cada vez más las hay que experimentan abandonos, separaciones y divorcios, con y sin secuelas personales y sociales perdurables -las mujeres promueven la mayoría de los divorcios en el mundo. Otras transcurren periodos importantes, largos o con decisiones de por vida sin pareja, sin relación amorosa.
La invitación es a una reflexión para que la “vida amorosa” no sea en detrimento de otros aspectos vitales. 
Me parece interesante cerrar compartiendo lo  que nos dice Marcela Lagarde:
“Con su dosis de individualidad, autonomía e independencia, confianza y amor a una misma en libertad y la experiencia de la propia autoridad, la mismidad está en la base de transformaciones profundas del amor y la sexualidad de las mujeres, cuya clave es la ética del cuidado en primera persona, con la afirmación y el desarrollo personales, la vigencia de las libertades y la dignidad, de la vida propia con sentido y solidaridad. Con ello se genera una confluencia subjetiva que permite a las mujeres mirar con menos distorsión a cualquier otro, otra sin supremacía, con su misterio, su soledad y su condición mortal. Ni opuestos ni complementarios”.

Bibliografía.

Lagarde, Marcela.2008.  “Amor y sexualidad, una mirada feminista”.  Curso de Verano 
Universidad Menéndez Pelayo.
Montero, Rosa.2013. “La ridícula idea de no volver a verte”.(Buenos Aires. Seix Barral).
Sampedro Díaz, Pilar. “El mito del amor y sus consecuencias en los vínculos de pareja”.www.centropilarsampedro.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario