Si bien desde hace décadas las mujeres fuimos logrando cambios que nos posicionan positivamente en relación con nuestras pares de generaciones anteriores, relacionados con los roles que ocupamos en lo público y lo privado, definidos históricamente desde las desigualdades de género, hay todavía cambios sustanciales que necesitamos seguir trabajando.

La intención que nos anima es crear espacios donde poder compartir experiencias, reflexionar y construir colectivamente aprendizajes significativos que nos faciliten tomar conciencia de nuestra situación actual y nos permitan imaginar relaciones y prácticas transformadoras que surjan desde nosotras y puedan expandirse…

Integrantes de Equipo MuMi

Clr. Mariana L. Rezk, Clr. Susana Cypin, Clr. Paola Gentile, Clr. Cristina Zóccola

26/12/13

Artículo de revista "Para Tí" Anuario 1934


Extracción




                                                             La compañera


He preguntado a mis amigos:
-¿ Cuál es la primera condición para que una mujer sea realmente la compañera de su esposo?
Y me han respondido:
-Colaborar con el marido en la construcción del hogar. Fórmula un poco vaga y un poco pretenciosa también.
¿ La colaboración consiste en aportar al matrimonio una dote?
  Evidentemente no.
  La unión de capitales puede constituir la asociación comercial pero nada más.
 ¿ La belleza?
  Ocurre lo mismo que con el dinero. La mujer rica y bella es un peligro.
  En cuanto a la inteligencia, cosa extraña, es lo menos que se busca en la futura esposa.
  Muchos hombres temen a la mujer inteligente sin dar una razón clara de su repulsión hacia ella.
  Entonces, si ni la fortuna, ni la belleza, ni la inteligencia pueden transformar a una mujer en
  la ¨compañera¨, ¿ Cómo podrá llegarse a este ideal ?.
  Generalmente la perfecta armonía reside en la disparidad de deberes.
  Creo comprender que lo primero que la esposa debe aportar al marido es algo que parece muy
  sencillo y no lo es : la paz del hogar.
  Debe asociarse al trabajo del hombre respetándolo y protegiéndolo, procurar economizar todo lo  posible, evitarle las molestias que pueda y alentarle en todo lo que emprenda. Ser el censor discreto,   seguro, íntimo y cariñoso.
  ¿ Cuántas mujeres se sentirán capaces de esta perfección?. Muchísimas, casi todas las
que sepan amar.



  

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