Si bien desde hace décadas las mujeres fuimos logrando cambios que nos posicionan positivamente en relación con nuestras pares de generaciones anteriores, relacionados con los roles que ocupamos en lo público y lo privado, definidos históricamente desde las desigualdades de género, hay todavía cambios sustanciales que necesitamos seguir trabajando.

La intención que nos anima es crear espacios donde poder compartir experiencias, reflexionar y construir colectivamente aprendizajes significativos que nos faciliten tomar conciencia de nuestra situación actual y nos permitan imaginar relaciones y prácticas transformadoras que surjan desde nosotras y puedan expandirse…

Integrantes de Equipo MuMi

Clr. Mariana L. Rezk, Clr. Susana Cypin, Clr. Paola Gentile, Clr. Cristina Zóccola

28/4/14

Rompiendo cadenas… ¿y ahora?


Clr. Paola Gentile

Las mujeres venimos recorriendo nuevos caminos históricos y culturales, sociales y relacionales y como todo lo nuevo viene acompañado de transformación, cambio, descubrimientos y también de incertidumbres.

Esta reflexión va a ser de carácter puramente personal, intentando transmitir lo que a mí me sucede al encontrarme ante estos nuevos caminos, donde metafóricamente, muchas veces distingo claramente es por acá pero en otras me encuentro caminando lento, con dudas… hasta puedo avanzar  dos pasos y retroceder cuatro, puedo perderme y volverme a encontrar, tomar atajos o quedarme dando círculos.

Desde el recorrido hecho hasta aquí puedo reconocer enseguida, las cadenas que me pueden atar a los mandatos, las creencias e ideas de lo que una “mujer debe ser” (como producto de una construcción socio cultural) y desde una mirada más cuestionadora e inquisidora, puedo quitarles poder,  pero paradójicamente eso que me hace más libre me deja más confundida...

Me doy cuenta que al moverme dentro de lo que se espera de mí, me permite desenvolverme cómodamente dentro de lo conocido brindándome una sensación de seguridad, aunque sea un terreno pantanoso. El peaje que pago por esa comodidad es el alto costo de perder autenticidad.

No en pocas situaciones,  me descubro cediendo hasta en cuestiones tan simples como la no expresión directa de algunos sentimientos como el enojo o la ira, también puedo experimentar culpa si atiendo mis necesidades ante que la de los demás, aun observo cómo me condicionan las miradas de aprobación o reprobación ante mi estilo de vida o mis elecciones, hasta en algunas ocasiones me encuentro  justificando en que decido utilizar mi propio dinero o mi tiempo. Estas situaciones y otras se pueden ir intensificando o debilitando de acuerdo al rol en el que me encuentre en relación con otr@s ya que esta mujer que soy, es madre, hija, pareja, hermana, ex esposa, trabajadora (dependiente, independiente y comunitaria) amiga, tía, estudiante, ciudadana… y habitan en mi; mi historia, mi identidad, mis necesidades, mis logros, mis frustraciones, mis deseos, mis búsquedas,  mi vulnerabilidad, mis luchas, mis sueños, mi libertad…

Ante la confusión al ampliar mi conciencia sobre un sistema patriarcal injusto, sometedor y que restringe mi potencialidad y autonomía y contactar con mi modo de funcionar y relacionarme (hasta ahora) por un lado, y el deseo de asumir  la responsabilidad ante la autoría de mi propio modelo de vida; lo que logra traerme luz en mi andar es mi autoconocimiento existencial, situacional y relacional con foco en el aquí y ahora, con la única certeza que estoy en constante cambio.

Sartre diría, estamos condenad@s a ser libres. Somos libres de ser cualquier cosa, menos no libres.  Renunciar a mi libertad implicaría que otro asuma el control.
Con todo esto que “voy siendo” aspiro a continuar apropiándome de mis recorridos y que los pasos que vaya dando sean con todo mi SER.


“Debo asumir que saber es mejor que no saber, que aventurarse es mejor que no aventurarse, y que la magia de la ilusión por más atractiva que sea, finalmente debilita el espíritu humano”  (Irvin Yalom)

TOMA DE CONCIENCIA



Clr. María Cristina Zóccola

Cada vez más tenemos la necesidad de darnos cuenta de lo que nos está pasando.
Lo que nos pasa a nosotros y al mundo.
La globalización nos obliga a abrir los ojos. No podemos negar las realidades que se nos presentan ante nuestros ojos con solo prender la radio o el televisor en cualquier momento del día.

Tenemos que tomar conciencia de nosotras mismas y de los otros.
Somos seres relacionales que nos necesitamos unos a los otros.
Si no sé quién soy ¿Cómo sabré quién es el otro para acercarme a él?
¿Cómo me integro a este mundo si me mantengo en la ignorancia?

¿De qué nos defendemos cuando no podemos hablar y debatir con los otros sobre nuestras diferencias?

¿Por qué ese miedo a tomar conciencia de quiénes somos?

En ocasiones se continúan naturalizando, y por eso no se cuestionan, situaciones existenciales cotidianas de la que no se tiene plena conciencia ni se detecta que son impuestas,  injustas y dañinas.

Muchos cambios profundos requieren la fuerza de la transgresión para imaginarlos primero y ponerlos en marcha luego con el consiguiente coste.
Duelen porque nos dejan desnudas de ropajes calentitos de una identidad que no sólo es la que nos resulta conocida, sino también la que constituye la moneda de cambio para ser aceptadas y queridas.

( “Los cambios en la vida de las mujeres “ Coria. Freixas, Covas )

¡Me di cuenta!



Clr. Mariana L. Rezk

Me di cuenta: no somos iguales.
Se nos educa de diferente manera. Se nos validan diferentes actitudes. Se nos prohíben diferentes actividades. Somos bien recibidas en algunos lugares y en otro no. En el lenguaje y el cuerpo se nos marcan diferencias.
Aun en la segunda década del siglo XXI hay diferencias de derechos, de salarios, de educación, de responsabilidades, de posibilidades…Pero no es cualquier diferencia es una diferencia desigualada* donde la balanza se inclina siempre para el mismo lado…
¡Me di cuenta. ¿Y ahora qué hago?
Reconozco que hay días en que es más fácil no darse tanta cuenta y andar por la vida sin tanta conciencia a cuestas. Pero la llama en mi interior está encendida, y de repente es un incendio…
¡Me di cuenta! Y sentí, me enojé, leí, reflexioné, estudié…
Y compartí con amigas y compañeras de camino el darnos cuenta y construir juntas. Y compartimos el intentar que sea de otra manera, más justa, más equitativa, más libre y que nos incluya a TODAS en TODO. Y seguir sumando…
Y me di cuenta que ni aun “las mujeres” somos iguales entre nosotras. Otras desigualdades se entrecruzan y nos encierran y separan.
Y me di cuenta de todas las violencias…Se han sumado penas y alegrías, nuevas luchas en nuevos lugares.
Y ¿Ahora qué?
Seguir el camino con más conciencia, con más amplitud, con más alas!
Integrando lo que voy vislumbrando, intuyendo, conociendo a lo que voy siendo…Y soy yo igual y distinta!

Y mi vida se enriqueció con los colores del arcoíris.

27/4/14

Tratando de cambiar


Tratando de cambiar
 Susana Cypin


Cuántas veces, en nuestra vida diaria, en relación, sentimos que algo nos incomoda o intranquiliza, pero no podemos verbalizar. Aceptamos y reproducimos comportamientos que tal vez no aprobamos, pero no los cuestionamos.

Muchas veces, éstas incomodidades se reflejan en las mujeres, como comportamientos estereotipados, con expresiones indirectas de la hostilidad, (celos, quejas, reclamos) que  al manifestarse en forma explosiva o a destiempo no llegan a ser reflejo del verdadero sentimiento, y por lo tanto incomprendidos.

Con los cambios que se fueron produciendo desde mitad del siglo XX, en el tema de género, muchas cuestiones relacionadas con las desigualdades de género, sus causas y consecuencias, se fueron esclareciendo. Hoy tenemos infinitas oportunidades de poder acceder a información, investigaciones, capacitaciones, actividades que nos permitan avanzar en conocimiento en esta materia, facilitándonos posibilidades de movernos en sociedades más igualitarias.

Cierto es que las mujeres ya sabemos cuales son las cuestiones que nos molestan y tenemos herramientas para lograr cambios, pero especialistas e investigadoras en el tema, vislumbran ciertas resistencias.

La pregunta sería, porqué elegimos no mirar?,  será que nos cuesta sentirnos protagonistas del cambio?
Qué sentimientos se nos despiertan cuando descubrimos que aquello que creímos elegir por convicción, es solo una  reproducción de mandatos sociales?

Una vez que despertamos y tomamos conciencia, ya no podemos volver atrás, ya lo hemos visto y no podemos quedarnos en la oscuridad. El saber nos hace sentir responsables, y la responsabilidad nos empuja a actuar.

Tal vez por ahora, solo podamos aceptar que al conocer una nueva realidad, tendremos la libertad de elegir.

“La cotidianeidad tiene algo en común con selva virgen: está llena de vida,
pero también de riesgos que intuimos y no logramos percibir” Clara Coria


Bibliografía:
-         Tajer, Débora. (2009). “Heridos corazones: vulnerabilidad coronaria en varones y mujeres”. Cap. 2, Modos de subjetivación. Modos de vivir, de enfermar y de morir. Ed. Paidós
-         Coria, Clara: (1997). “Las negociaciones nuestras de cada día”. Ed. Paidós.
-          Imágen: http://nomadassquare.blogspot.com.ar/2012/12/alegoria-de-la-caverna.html