(Clor. Paola Gentile)
El género surge a través de un proceso
de construcción social que define lo masculino y lo femenino a partir de
los sexos biológicos, hasta establecer las posiciones de poder entre
los mismos.
Un abordaje en la categoría género, tiene que ver con la elección y desarrollo de las profesiones u oficios.
La
concepción de que los hombres poseen más aptitud para desempeñar
algunas profesiones u oficios y las mujeres otras, se sustenta sobre
todo en los procesos de socialización a los que se someten las personas
desde su nacimiento y que determinan las formas de pensar y actuar ante
la vida.
En muchas ocasiones, se asocia al sexo femenino con
tareas que se pudieran considerar como extensión del rol reproductivo,
como por ejemplo, el cuidado de la salud o el cuidado de los hijos en
las tareas relacionadas con el sector educacional.
Todo esto es
un reflejo de la división sexual del trabajo que se aprecia no solamente
en la vida privada del hogar, sino también en el espacio público, así
como, por la manifestación de los estereotipos, de acuerdo a lo aceptado
por la sociedad.
Para reflexionar sobre la construcción de los
estereotipos culturales en relación a lo femenino y lo masculino, la
doctora en Filosofía Diana Maffia, nos acerca un listado de conceptos
que podemos vincularlos aproximadamente con este listado, en que una
columna está asociada a las características de lo femenino y la otra a
las de lo masculino:
MASCULINO
|
FEMENINO
|
Universal
Racional
Abstracto
Público
Hechos
Mente
Literal
|
Particular
Emocional
Concreto
Privado
Valores
Cuerpo
Metafórico
|
Esto
es lo que se llama dicotomía, estos pares de conceptos son exhaustivos y
excluyentes y han dominado el pensamiento occidental y siguen dominando
nuestra manera de analizar la realidad.
Esto no sería problema para las mujeres, si no fuera porque ese par está sexualizado.
Ejemplifiquémoslo,
si se requiere que algo sea racional, entonces inmediatamente se
piensa en un varón, porque las mujeres están estereotipadas como
emocionales o si se demanda algo en la vida privada, vamos a pensar en
una mujer, porque los hombres están ubicados en la vida pública, etc.
Si
continuamos con la reflexión surgirán infinitos ejemplos acerca de
según donde nos posicionemos en la tabla, se verán condicionadas o
limitadas nuestra manera de desenvolvernos en nuestras profesiones u
oficios o en las elecciones que hagamos de las mismas.
Detenernos
a pensar, dudar sobre esto nos hace más conscientes, nos permite
conocernos en profundidad y nos coloca en un lugar de más flexibilidad,
donde la profesión u oficio que desarrollemos encaje en nuestro ser
persona y no nuestra persona (a presión) en los que culturalmente se
designó como lo “propio” por nuestro sexo.
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